MEMORIA

Jorge González Bastías

Jorge Arturo González Bastías, hijo de Abdón González Rojas y de Elinia Bastías Cáceres, nació el 21 de mayo de 1879, en la aldea Nirivilo, Región del Maule.

Sus estudios básicos los realizó en el Liceo de Talca y los secundarios en el Instituto Nacional de Santiago. Su producción literaria comenzó en una revista regional donde publicó sus primeros versos. Sin embargo, la publicación de su primer libro no se concretó sino hasta 1911, cuando se dio a conocer Misas de primavera.

Perteneció a la Generación del 900, junto con Diego Dublé Urrutia, Manuel Magallanes Moure, Pedro Prado, Carlos Pezoa Véliz, Ernesto Montenegro, Víctor Domingo Silva y Carlos Mondaca.

Se desempeño como reportero en el diario El Imparcial de Santiago, dirigido por Miguel Gargari, y en La Libertad de Talca. También publicó en Pluma y Lápiz -dirigida por Marcial Cabrera Guerra- estrofas de «En la aldea», «Horas lentas», «Umbras» y «Últimos besos».

La temática de su obra se relaciona con el paisaje de la Región del Maule, con el cual el poeta se identifica y, en términos más amplios, con una representación de la naturaleza cruzada por una concepción espiritual del mundo. Se trata de versos inundados de nostalgia y melancolía. Así, por ejemplo, Misas de Primavera, obra construida sobre la base del influjo posmodernista, revela al poeta centrado en los años de infancia y adolescencia transcurridos en el campo. Por su parte, El poema de las tierras pobres está atravesado por el dolor y la tristeza, siendo versos que ya se han librado del influjo parnasiano y modernista que se podía percibir en Misas de Primavera, y presentando un hablante lírico que ha asumido la defensa de los humildes y los perseguidos; se trata, entonces, de una protesta que busca aliviar el dolor colectivo. Vera rústica, es un conjunto de poemas íntimos que reflexionan sobre la fugacidad de la vida.

Del venero nativo incluye versos de diversas temáticas. Los hay aquellos que narran leyendas, aquellos que aconsejan al minero crédulo y también aquellos en los que surge la preocupación por lo trascendente y por el destino humano.

Su labor extraliteraria se dividió entre la agricultura y la política; la primera la desarrolló en el fundo de su madre en la localidad de Infiernillo; en tanto que la segunda, lo llevó a desempeñarse como regidor y alcalde de Nirivilo durante varios períodos. Desde este cargo, y convencido de que es la pobreza la que genera la delincuencia, se empeño en mejorar caminos, abrir escuelas y establecer retenes de policía.

Falleció el 22 de noviembre de 1950 y el 27 de mayo de 1958, la estación de Infiernillo recibió el nombre de Poeta González Bastías. En 1970, la Universidad Católica de Talca le rindió un homenaje, publicando una colección de poemas y fotos, cuya edición estuvo al cuidado de Carlos René Correa.